Este miércoles el juicio en contra de Nicolás Zepeda, quien fue condenado en primera instancia a 28 años de cárcel por el homicidio de Narumi Kurosaki, entró en su recta final en Francia.
Durante esta jornada, el fiscal Etienne Manteaux se mostró convencido de la culpabilidad del chileno en el homicidio de la joven japonesa, enumerando las pruebas que acorralan al acusado, sobre quien pidió cadena perpetua.
“(A Narumi) nadie la ha visto ni oído desde el 4 de diciembre de 2016”, señaló Manteaux, según consigna el medio francés L’Est Républicain.
“La presencia en su habitación de su único abrigo de invierno y de sus tarjetas bancarias hace que cualquier salida voluntaria sea poco realista”, agregó.
“¿Sólo desaparece una maleta, una manta, un teléfono? Eso no tiene sentido”, sostuvo, remarcando que cambiar de vida “requiere de mucho dinero”.
Posteriormente, el fiscal abordó los mensajes enviados a los familiares de la joven después de su desaparición. “No fueron escritos por Narumi, todos son incoherentes”, planteó. Tampoco hay registros de que haya salido de Francia.
La evidencia central de la muerte de Narumi son los gritos de terror de una mujer que fue asesinada a partir de las 3:16 a.m. en el edificio Rousseau”, indicó.
“Después de estos aterradores gritos, ¿se ha reportado la desaparición de algún residente? Nadie, excepto Narumi”, complementó.
Manteaux sostuvo que de acuerdo a lo recabado por los investigadores tras los testimonios de los 12 estudiantes despertados por estos gritos, “la habitación 106 es el punto focal de estos gritos”.
En ese sentido, remarcó el “gran silencio que siguió a estos gritos”, lo que a su juicio es la señal de que Narumi “estaba muerta. De lo contrario, habría pedido ayuda y sus vecinos habrían acudido a ayudarla”.
“Lo que sí sabemos es que él la estranguló después de que ella intentó en vano alejarlo. Así lo demuestran también las preguntas que el imputado hizo a su primo médico sobre los procesos de ahorcamiento y asfixia”, mencionó el fiscal.
“Nicolás Zepeda parece ser el autor evidente de este homicidio, sobre todo porque él, presente en la habitación 106, afirma no haber escuchado estos gritos. Llegó a decir, en una primera versión, que los gritos eran gritos de placer”, puntualizó.
Manteniendo el mismo tono, Manteaux aseveró que Zepeda “afirma no estar vinculado con la muerte de Narumi, pero mintió tanto en este asunto que la credibilidad de sus palabras quedó destruida”. Eso sí, admite que “la mentira no es prueba de culpabilidad”.
“Tomó el teléfono de Narumi para enviar mensajes durante una semana, hasta que Zepeda abandonó territorio europeo”, lanzó, agregando que el acusado habría comprado un pasaje de tren a nombre de Narumi “para dar credibilidad a la hipótesis de su salida voluntaria”.
“Fue Nicolás Zepeda quien mantuvo la ilusión de que Narumi estaba viva, para enmascarar su propia presencia en Francia”, expresó.
“Cuando sabe que está a salvo en Chile, ya no tiene ningún interés en mantener la ficción de la vida de Narumi”, lanzó.